A propósito del Día de la Cultura Cubana, el propio 20 de octubre, en la galería Carmen Montilla fue inaugurada la exposición «Íconos de la música cubana», del artista visual Santos Toledo. Protagonizadas por importantes figuras de la música cubana, más de una veintena de lienzografías conforman la muestra que estarán a disposición del público hasta el domingo 20 de noviembre.

«Exposición inusitada de imágenes intervenidas amorosa, sutilmente, como para poner al día la actualidad de sus protagonistas. Esta es la extensa familia espiritual de Santos Toledo, o al menos, parte entrañable de esta, de su raíz cantable y bailable», aseguran las palabras al catálogo.

Íconos de Santos Toledo
La música popular, tesoro grande del país, es de las luces más intensas que ha irradiado e irradia al mundo el ser cubano. No solo canciones, voces e instrumentos acompañan a las personas de la isla en sus fiestas, sus dolores de amor y en sus esperanzas, siempre renovadas, de días más dichosos por venir: la imagen de sus figuras más queridas se sitúan en una especie de altar íntimo, como espíritus guardieros de una manera singular de vivir y de expresarse en letra y melodía. El aire de Cuba está lleno de música.
Como artista bueno que es, Santos Toledo gusta y sabe rendir homenaje a sus admiraciones. Cubano de cepa, todo el tiempo está rodeado de canciones o de la memoria de estas -ese constante, cariñoso, «¿te acuerdas?», tan frecuente en conversaciones de cada día-, lo han animado a volver sobre seres virtuosos que de alguna forma han rozado su sensibilidad, su vida personal, si es que los artistas poseen vida particular y no, como suele suceder, compartida, entregada, diseminada en sus obras. Desde hace mucho tiempo trabaja para el disco cubano, con generosidad, dando su talento y su tiempo creativo en portadas, diseños, afiches, logotipos, aunque ha escuchado y disfrutado más de las grabaciones de lo que lo que ha realizado para estas en el lenguaje gráfico, que es mucho decir. Su serie Iconos de la música cubana es un modo gentil de agradecer tan buenas y tan constantes compañías, que van desde la melodía ochocentista al son montuno, boleros, guarachas y guaguancó de toda la vida.
Esta colección de trabajos gráficos es un verdadero álbum familiar: aquí están el negro prieto en la tumba, el tres o el piano, la muchachita blanca de la escena lírica, el mulañé jovial que entona un afro o actualiza un mambo; el guitarrero, patriarca venerable del son, la trovadora, la guajira, las enormes voces del feeling y también del chachachá; el compositor de lieder criollos y el inquieto jovencito de casa que trajo un nuevo ritmo o una nueva canción que abrió caminos hasta entonces inexplorados... Así es nuestra parentela nacional, diversa en expresión, en su color y timbres, así es este disco que acompaña una exposición inusitada de imágenes intervenidas amorosa, sutilmente, como para poner al día la actualidad de sus protagonistas. Esta es la extensa familia espiritual de Santos Toledo, o al menos, parte entrañable de esta, de su raíz cantable y bailable. Esta es su gente: entre ella hay que buscarlo y encontrarlo siempre.

Sigfredo Ariel
Escritor

Imagen superior: Omara (lienzografía, técnica: fotografía digital). Imagen izquierda: Bola y Te espero en la eternidad (lienzografía, técnica: fotografía digital).

 

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