«Este es un momento de particular emoción. Llevar esta condecoración amada supone pensar en Claudio José Domingo Brindis de Salas, en Carlos Juan Finlay, en Joaquín Albarrán y otras glorias de las artes, el pensamiento y las ciencias en Cuba», expresó Eusebio Leal Spengler al ser investido con el grado de Comendador de la Orden de la Legión de Honor de Francia, en ceremonia efectuada este miércoles 30 de enero en el Museo Napoleónico.
La Orden de la Legión de Honor de Francia, en el grado de Comendador, fue entregada el miércoles 30 de enero al Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, en ceremonia efectuada en el Museo Napoleónico. «Este es un momento de particular emoción. Llevar esta condecoración amada supone pensar en Claudio José Domingo Brindis de Salas, en Carlos Juan Finlay, en Joaquín Albarrán y otras glorias de las artes, el pensamiento y las ciencias en Cuba», expresó el galardonado, quien antes había recibido el rango de Caballero (1999) y de Oficial (2005).
En sus palabras de agradecimiento, el Historiador de la Ciudad de La Habana recordó que la Legión de Honor —la más alta distinción que otorga el gobierno francés— fue establecida en 1802 por Napoleón Bonaparte, entonces Primer Cónsul de la República. También ahondó en el significado de la huella de esa nación en la cultura cubana y americana, desde el año crucial de 1789, que marcó el inicio de la Revolución Francesa. «Asumimos esa historia con toda su hermosura; es parte de un legado que no solamente nos pertenece, sino nos enorgullece», afirmó.
Previamente, intervinieron el embajador de Francia en Cuba, Jean Mendelson, y el presidente del Senado de ese país, Jean Pierre Bel —en quien recayó la entrega de la condecoración, aprobada por el presidente François Hollande—, para testimoniar su admiración por la personalidad del recipiendario, exaltar su conducta civil y resaltar los extraordinarios servicios prestados por él al país galo a lo largo del tiempo. Al final, Bel obsequió al Historiador de la Ciudad la reproducción de un manuscrito del escritor francés Víctor Hugo sobre un episodio de la Comuna de París.
La Legión de Honor es el reconocimiento más antiguo y prestigioso al mérito que otorga Francia a nacionales y extranjeros con grandes aportes en los ámbitos de la creación humana, artística, científica y productiva. Sus cinco categorías, en orden ascendente, son: Caballero, Oficial, Comendador, Gran Oficial y Gran Cruz.
Se encontraban presentes en la ceremonia de investidura, por la parte francesa, una representación del Senado de ese país y de la misión diplomática en La Habana, y por la cubana, el ministro de Cultura, Rafael Bernal; el Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana; así como altas figuras de la intelectualidad como Alicia Alonso, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, Roberto Fernández Retamar, Graziella Pogolotti, Nancy Morejón y Eduardo Torres Cuevas.
A continuación se publican fragmentos de las palabras de elogio pronunciadas durante el acto oficial:
El Historiador de la Ciudad recibe la reproducción de un manuscrito del escritor francés Victor Hugo, obsequio del presidente del Senado de Francia Jean Pierre Bel (al centro), en presencia del embajador de esa nación en Cuba, Jean Mendelson (extrema derecha). Debajo, vista del público asistente a la ceremonia en el Museo Napoleónico. (Fotos: Néstor Martí) |
Palabras del embajador de Francia en Cuba, Sr. Jean Mendelson
«He podido darme cuenta de la importancia que Eusebio Leal otorga a todo lo que representa nuestro país, su cultura, su historia y, en primera instancia, el interés que manifiesta hacia aquel cuarto de siglo que, desde la toma de la Bastilla hasta Waterloo, ha transformado el mundo por completo.
»El lugar en el que nos encontramos ahora, al que Eusebio ha dado forma con la misma pasión con la que emprende todo lo que hace, ha sido restaurado e inaugurado en 2011, y simboliza maravillosamente bien la riqueza del aporte francés a lo que pertenece ahora al patrimonio cultural nacional cubano. Pero este lugar dista mucho de ser el único motivo por el cual Francia rinde homenaje a este notable servidor del resplandor cultural de Cuba.
»Entre los hechos más significativos, quisiera subrayar cuando el Senado de la República francesa y la asociación Cuba Cooperación estaban buscando un lugar permanente donde tener una presencia cultural y que él propuso en La Habana Vieja lo que es hoy la Casa Víctor Hugo. Recuerdo también cuando fue necesario convencer a las autoridades cubanas acerca de la especificidad del aporte de la Alianza francesa. Eusebio Leal, junto con otras personas entre las cuales se encuentran los nombres más sobresalientes de la cultura cubana, no vaciló un instante en participar en este trabajo de explicación y de convicción (...)
»Cuando buscamos lo que une a nuestros dos países a lo largo de la historia, más allá de las tribulaciones y de las incertidumbres políticas o económicas, basta con preguntárselo a Eusebio: no le hará falta consultar su biblioteca para citarles a los tres Heredia, a François Antommarchi, Paul Lafargue, Jean-Baptiste Vermay, Frédéric Mialhe, Alejo Carpentier, y tantos más, sin olvidar por supuesto, sobre todo en este momento, a José Martí, su pensamiento, o su encuentro con Víctor Hugo (...)
»A lo largo del tiempo, ha construido con nuestro país una relación basada en un amor intelectual, así como en amistades inquebrantables. Sé que le hará feliz que mencione aquí al recordado y echado de menos, el senador Michel Dreyfus-Schmidt, quien desempeñó un lugar primordial en las relaciones francocubanas, y también a la princesa Napoleón que había venido aquí mismo en 2011 para celebrar la reinauguración de este Museo Napoleónico y quien, el mes pasado en París, aún me hablaba con emoción del recuerdo que guarda de su estadía y de la manera tan especial como su Historiador la había recibido (...)
»Eusebio Leal siente hacia Napoleón una pasión que me asombra a mí mismo. Ama al joven general revolucionario y robespierrista; ama al cónsul de la República que establizó las conquistas de la Revolución, aquellas "masas de granito" sobre las cuales todavía vivimos (...) Lo que siente hacia este personaje completamente fuera de lo común, es lo mismo que sintieron antes que él hombres como Honoré de Balzac, Stendhal, Víctor Hugo, Alexandre Dumas, Louis Aragon, pero también Goethe, Marx, Pouchkine, Lermontov, Mickiewicz, y hasta Charlie Chaplin.
»Eusebio sabe que la Legión de Honor fue creada por el Primer Cónsul de la República porque éste quería “un orden que fuera el símbolo de la virtud, del honor, del heroísmo, una distinción que sirviera a la vez para honrar el valor militar y el mérito civil”. En lo personal, conozco a muy pocos recipiendarios franceses que entiendan tan profundamente como Eusebio Leal el sentido de esta condecoración (...)».
Palabras del presidente del Senado de Francia, Sr. Jean Pierre Bel
«Durante nuestros diversos encuentros e intercambios en París, o aquí en La Habana, siempre me impactó su inmensa cultura, el fervor de su curiosidad, la pasión con la que usted estudia y vuelve a estudiar nuestra Historia, pero también, y sobre todo, su admiración y apego a lo que representa mi país (...)
»Guardo el recuerdo de esos momentos inolvidables pasados en el Palacio de Luxemburgo, Senado de la República. Ante el asiento donde se sentó para su coronación el Emperador Napoleón, o ante testimonios visibles de este pasado glorioso, frente a la explicación un poco remanida de los especialistas de estos sitios, usted completaba, explicaba, daba todo el sentido a detalles hasta ese momento oscuros.
»En la amistad entre dos países, entre dos culturas convergentes, querido Eusebio, hay lazos que a veces se tienden y sin embargo no se rompen. Usted representa uno de esos: el lazo que vincula la Francia de Víctor Hugo y, agregaría a esto —si usted lo permite—, la Francia de Aimée Césaire, con este grande y hermoso país, Cuba, la tierra de José Martí y de tantos otros espíritus libres (...)»