Tres ejemplares de la colección de cobres coloniales que atesora el Museo de la Ciudad, fueron reproducidos en una emisión postal de indudable valor artístico, dándole a la colección una justa difusión.
El 29 de julio de 1980 fueron puestos en circulación, tres sellos de correos en los que han sido estampados ejemplares de la colección de cobres coloniales que se exhiben en el Museo de la Ciudad.
El Museo de la Ciudad conserva y exhibe en su Sala de Cobres Hispanoamericanos una muestra con más de 120 piezas colectadas en Cuba por el destacado maestro en herrería Ricardo Soler Sendra (Vick, 1889-La Habana, 1970) y donadas a esta institución por su viuda, Sarah Pujols, en 1976.
Exponentes del quehacer artesanal de la herencia hispano-árabe, estos objetos entrelazan y fusionan, en sí mismos, elementos autóctonos de la cultura cubana con el legado español.
Especialistas en la materia han destacado las dimensiones y variedad tipológica de esta colección de cobres coloniales. Tales argumentos propiciaron que tres bellos ejemplares fueran reproducidos en una emisión postal de indudable valor artístico, dándole a la colección una justa difusión.
La Administración Postal cubana autorizó la impresión de estos sellos de correos, diseñados por José A. Medina, impresos a color y puestos en circulación el 29 de julio de 1980. A varias piezas del Museo de la Ciudad se le han dedicado emisiones postales, pero constituye realmente una curiosidad que estas obras de arte menor hayan sido recogidas dentro de los sellos cubanos. Tal peculiaridad, referida a las piezas del Museo reflejadas en emisiones postales, está dada por la escasa presencia de objetos utilitarios y artísticos de metal en la filatelia cubana, con excepciones como el bronce de la Giraldilla, que no posee un sello pero aparece dentro de la iconografía general de estampillas, hojas filatélicas y canceladores, al igual que las mazas del Cabildo, en plata, mostradas en un sello con viñeta emitido en 1988, para conmemorar el XX aniversario del Museo.
Exponentes del quehacer artesanal de la herencia hispano-árabe, estos objetos entrelazan y fusionan, en sí mismos, elementos autóctonos de la cultura cubana con el legado español.
Especialistas en la materia han destacado las dimensiones y variedad tipológica de esta colección de cobres coloniales. Tales argumentos propiciaron que tres bellos ejemplares fueran reproducidos en una emisión postal de indudable valor artístico, dándole a la colección una justa difusión.
La Administración Postal cubana autorizó la impresión de estos sellos de correos, diseñados por José A. Medina, impresos a color y puestos en circulación el 29 de julio de 1980. A varias piezas del Museo de la Ciudad se le han dedicado emisiones postales, pero constituye realmente una curiosidad que estas obras de arte menor hayan sido recogidas dentro de los sellos cubanos. Tal peculiaridad, referida a las piezas del Museo reflejadas en emisiones postales, está dada por la escasa presencia de objetos utilitarios y artísticos de metal en la filatelia cubana, con excepciones como el bronce de la Giraldilla, que no posee un sello pero aparece dentro de la iconografía general de estampillas, hojas filatélicas y canceladores, al igual que las mazas del Cabildo, en plata, mostradas en un sello con viñeta emitido en 1988, para conmemorar el XX aniversario del Museo.