Los asistentes a la exposición «Errores de acuñación» inaugurada en el Centro de Información Bancaria de esta capital, constataron junto a especialistas y coleccionistas el valor museable que posee la muestra.
Los asistentes a la exposición «Errores de acuñación» inaugurada en el Centro de Información Bancaria de esta capital, constataron junto a especialistas y coleccionistas el valor museable que posee la muestra, ya que los errores cometidos en la confección de monedas y billetes constituyen una verdadera rareza por el control a que se les somete, así como las razones que provocan semejantes dislates. Como explicaron el coleccionista Jorge Emilio González y la jefa del Departamento Técnico del Museo Numismático de Cuba, Inés Morales, el errorismo representa una de las temáticas numismáticas más interesantes, pues cada pieza es única y la mayoría son destruidas por sus casas productoras o los propios bancos emisores.
Para Inés Morales, jefa del Departamento Técnico del Museo Numismático, «esta es una exposición muy interesante, porque trata una temática dentro del coleccionismo a la que quizás no muchos coleccionistas se dediquen, porque es muy compleja».
El errorismo consiste en las equivocaciones que aparecen en la acuñación de monedas y en la confección de billetes originados en el proceso productivo, los que en ocasiones encuentran la brecha en el riguroso control a que son sometidas las nuevas emisiones por los bancos y salen a la circulación, permitiéndole a los coleccionistas material para engrosar sus colecciones. Uno de ellos, Jorge Emilio González, fundador de la Asociación Numismática de Cuba, explica que «Estos errores se producen por la misma mecanicidad del proceso de acuñación. Como se sabe, las monedas se acuñan sobre cospeles (placas redondas y lisas de metal) de cobre, niquel, plata, oro. A veces, en un saco de cospeles de niquel cae uno de cobre y la automatización de la máquina que martilla el molde (anverso y reverso) en el cospel, a veces la moneda no cae bien y se marca bien, se confunden los metales programados para acuñar la moneda. Coleccionar estas piezas es muy difícil, pues tanto las empresas acuñadoras como los bancos someten las emisiones a un riguroso control para que no salgan errores a la circulación, porque eso amenaza el prestigio de la institución».
«Esta exposición está montada de una manera muy peculiar, nos dice Inés, y eso se lo debemos al talento de Aliana Martínez, quien se rompió la cabeza para colocar las piezas, pues algunas hay que verlas por las dos caras para percatarnos en qué consiste el error. Véanlo con la idea de entrenarse, de fijarse porque son piezas que no vemos cotidianamente en circulación, pues la mayoría se rescatan por los bancos emisores. A esos deslices son los que persigue el coleccionista».
Lo más interesante de estas piezas es que son únicas, pues los errores pueden ser similares, pero siempre se producen en una sola pieza, ya que al ser detectadas, éstas se aíslan para que no salgan a la circulación.
También se vuelve sugestivo estudiar el motivo, la razón que suscita el error. Entre los más conocidos están: la acuñación desplazada, la colocación de una moneda grande en un cospel más pequeño y viceversa, la doble impresión, la falta de un fragmento de cospel, la impresión sin fecha, la burbuja de aire dentro del cospel, los billetes con diferentes series, con el anverso en blanco y hasta con el anverso de una denominación, por ejemplo de 50 pesos y el reverso de otra tan diferente como 100; la impresión invertida de la marca de agua y otras muchas.
Si algo muy atractivo tiene esta exposición es que en diciembre próximo, en las celebraciones por el aniversario 33 del Museo Numismático, se inaugurará otra singular muestra: sobre la presencia de la belleza femenina en la numismática que, de seguro, ofrecerá renovadas emociones para los amantes de esta ciencia.
Rodolfo Zamora Rielo
Opus Habana