Múltiples evidencias documentales clarifican las circunstancias de este dramático accidente en la rada habanera, cuyos restos son prioridad de la arqueología subacuática cubana.
 Desde la muerte de su progenitor, siendo apenas una adolescente, Gertrudis Gómez de Avellaneda (TULA) se propuso viajar a la tierra de sus ancestros paternos. A Sevilla llegó por primera vez cuando tenía 24 años, y allí quiso que reposaran sus restos, junto a los de su último esposo, en el cementerio de San Fernando.
 Doctorado en leyes hacia 1662 en la Universidad de Salamanca, donde dio a la imprenta sus disertaciones, este jurisconsulto puede considerarse –de facto– el primer cubano en publicar un libro en cualquier lengua.
 Desde hace cinco años, en uno de los espacios del Centro Histórico se halla una escultura en bronce dedicada al mexicano Agustín Lara, quien tuvo una carrera profesional como autor e intérprete en la llamada canción ligera. El develamiento de esta obra formó parte de una serie de homenajes que se rindieron «al poeta de la música, al músico de la poesía» en el 30 aniversario de su muerte.