Por sexta vez, un fonograma del Conjunto de Música Antigua Ars Longa alcanza el Premio Cubadisco en la categoría Música de Cámara. Su directora Teresa Paz recibió el galardón concedido al CD Pedro Bermúdez, música de la Catedral de Guatemala, siglo XVI durante la gala de premiaciones que, el sábado 16 de mayo, dio inicio en el teatro Karl Marx a la XIII Feria Internacional Cubadisco 2009, el más importante certamen de la discografía cubana.
El Conjunto de Música Antigua Ars Longa ha concursado desde 2000 en la Feria Cubadisco, en la cual ha sido laureado en siete oportunidades, llegando a alcanzar en 2003 su máximo galardón: el Gran Premio Cubadisco. Pedro Bermúdez, música de la Catedral de Guatemala, siglo XVI ha sido el disco más nominado, con cuatro categorías: Música de Cámara, Música Coral, Grabación y Notas Musicológicas.


 
 Como resultado de una coproducción del sello discográfico Almaviva y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, este disco integra la colección del Centro de Documentación Musical de Andalucía. La grabación de Guillermo Martín tuvo lugar en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís (La Habana), del 20 al 24 de julio de 2008 y la producción estuvo a cargo de José María Martín Valverde
Pedro Bermúdez, música de la Catedral de Guatemala, siglo XVI, constituye el más reciente trabajo discográfico del Conjunto de Música Antigua Ars Longa, agrupación insignia de la Oficina del Historiador de la Ciudad que, por 15 años, se ha especializado en el rescate y difusión del más antiguo patrimonio musical cubano y  latinoamericano.
Testimonio de ello ha sido la grabación de nueve fonogramas cuyos repertorios incluyen la música de los maestros de capilla de las catedrales de La Habana y Santiago de Cuba, en especial, del cubano Esteban Salas, así como las obras conservadas en los archivos de las catedrales de Puebla de los Ángeles, Guatemala y Chuquisaca (actual Sucre).
Cada uno de estos discos cuenta con el respaldo de una investigación musicológica. En este caso Ars Longa se apoyó en los estudios de Omar Morales, musicólogo guatemalteco, quien se ha especializado en la obra de Pedro Bermúdez.
Según explica Morales en sus notas discográficas, Pedro Bermúdez músico de origen andaluz, tuvo un importante desempeño como músico y compositor entre 1574-1604, has ta convertirse uno de los más notables polifonistas del primer siglo de dominio español en el Nuevo Mundo. «El legado musical de Pedro Bermúdez que ha perdurado hasta nuestros días está conformado exclusivamente por obras con textos en latín, conservadas en los libros de polifonía de la Catedral de Guatemala. Algunas de ellas aparecen duplicadas en varios libros de la Catedral de Puebla de los Ángeles, México. Su lenguaje musical se apega al de la polifonía clásica del siglo XVI, pero presenta ciertos elementos rítmicos, armónicos y melódicos que apuntan hacia la nueva práctica del XVII», apunta Morales.
Junto a la música catedralicia de Pedro Bermúdez, se incluye en el programa del disco un grupo de obras provenientes también del reino de Guatemala, estrictamente contemporáneas del compositor granadino pero de naturaleza muy distinta: villancicos provenientes del códice 7 del pueblo de Santa Eulalia, en Huehuetenango. El encanto de estas minúsculas obras, elaboradas entre 1582 y 1635 —nos dice Morales—, «se encuentra en la sencillez y en la efectividad para reunir el gusto por la música y la danza de la población nativa con el mensaje evangelizador de los misioneros mercedarios de las postrimerías del siglo XVI en Guatemala».
«Para la asumir la policoralidad de las obras de Pedro Bermúdez, Teresa Paz tuvo que engrosar los recursos tímbricos de Ars Longa con la participación de voces corales invitadas para la ocasión. Se trata del primer disco que Ars Longa dedica a un repertorio litúrgico renacentista de América, y por tanto el reto radicaba en crear una interpretación que diferenciara este disco de trabajos anteriores más enfocados al barroco y los villancicos. Aspectos como la dinámica, afinación y emisión del sonido eran algunos de los medios expresivos más importantes. Uno de los mayores logros del disco es el impecable color de las voces agudas, en su calidad de voces blancas, timbre imprescindible para afrontar la interpretación de un repertorio coral renacentista —comentó a Opus Habana la musicóloga Miriam Escudero quien intervino además en el disco en calidad de organista.
Según Miriam Escudero, «la elección de obras litúrgicas requirió un estudio profundo del texto de manera que existiese una relación muy estrecha entre el contenido y su interpretación, con especial mención a los momentos de canto llano», precisó la especialista.
Otro instrumento indispensable para este repertorio fue el corneto, para lo cual fue necesario invitar al maestro francés Benjamin Bedouin, cuya presencia en el disco agradece Ars Longa a las gestiones de la Embajada de Francia en Cuba y de la Universidad de Valladolid, España.



Redacción Opus Habana

 

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