Un análisis de las historietas que recrean la realidad desde la fantasía y también la fantasía con determinados referentes históricos, centró el panel  «Las series de historietas belgas para jóvenes» en el que, como parte del espacio habitual Tesoros de Bélgica de Vitrina de Valonia, participaron Marina Ogier, Consejera de Cooperación y Cultura de la embajada belga en Cuba, junto a Duchy Man, ilustradora de la Editorial Gente Nueva.
Realizado el martes 13 de julio, tuvo como moderadora a Lysbeth Daumont, bibliotecaria de la institución que está ubicada en la Plaza Vieja. Perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad, este Centro realiza acciones para divulgar el patrimonio tangible e intangible de la cultura del Reino de Bélgica, incluida la historieta o bande desinée (BD), que es considerada por muchos especialistas como el noveno arte.

Al centro Marina Ogier, Duchy Man (a la derecha) y Lisbeth Daumont (a la izquierda) durante el panel en Vitrina de Valonia.

En un ambiente donde confluyeron la literatura, el arte y las tradiciones de aquel país, jóvenes historietistas y amantes de esta manifestación conocieron cuán complejo puede ser el proceso de realización de los también llamados cómics. El proceso de investigación previo —tan necesario para poder contextualizar una situación determinada—, la correcta utilización de los espacios así como la limpieza y claridad del dibujo, son elementos que ni el dibujante ni el guionista pueden perder de vista.
Al hablar, Marina Ogier se refirió específicamente a las historietas en blanco y negro que mezclan la fantasía con la realidad. Ejemplificó con las obras del reconocido historietista belga Dieter Comès las que sobresalen por el juego de manchas que, cuadro a cuadro, se van transformando en imágenes que «interpelan al lector».
Por su parte, Duchy Man habló sobre las historietas fantásticas y de ciencia ficción que contienen determinados elementos de la realidad. Hizo referencia a series como «Thorgal» que reflejan buena parte de la mitología escandinava y diversas etapas históricas; estas bandes desinées pudieran servir como fuente de investigación, debido a la carencia de suficiente documentación historiográfica sobre el período, añadió.

Portadas de  reconocidas series de historietas belgas para adultos, disponibles en la biblioteca de Vitrina de Valonia.

Las panelistas, se refirieron a la muestra que mensualmente prepara la institución y que en este mes de julio tiene como protagonista a la historieta Estela de Morvan y Buchet. En particular, Duchy Man la catalogó como «una excelente serie que utiliza elementos de la estética manga, y que tiene alto nivel de calidad y código estético, que hace de cada historieta un libro diferente».

La biblioteca de Vitrina de Valonia es la única de su tipo existente en el país, especializada en historietas para todos los públicos. Actualmente cuenta con un fondo de más de 400 cómics belgas y cubanos que será incrementado en noviembre próximo, con motivo de celebrarse la Semana de la Cultura Belga en Cuba.
La mayoría de las obras extranjeras están traducidas al español y han sido donadas por la embajada del Reino de Bélgica. Tintín y Milú, Los Pitufos y Lucky Luke, son algunos de los títulos que integran la colección. De Cuba, hay libros de Cecilio Avilés y obras acerca de la vida de personalidades tan importantes como José Martí y Pablo de la Torriente Brau.
Además del espacio Tesoros de Bélgica, este Centro Cultural cuenta con otros atractivos, como los talleres a profesionales del género y también a niños interesados en este fascinante mundo.
Precisamente por estos días se prepara la exposición «Unidos por la fantasía» que quedará inaugurada el próximo 29 de julio, a propósito de la culminación del curso infantil que comenzó en septiembre de 2009. Muchos de los talleres han sido impartidos durante visitas al Centro Histórico por reconocidos historietistas belgas, entre los que están Oliver Deprez, Etienne Schréder y Pierre Baillo.