Cuando el visitante llega a la exposición «Erotic Organic» saltan a la vista unas palabras escritas por el propio artista donde afirma: «Algunas sociedades han signado al erotismo de la sexualidad. Un sello que envilece la comunicación de estos sentidos. Mis esculturas, al respetar los mismos, convocan a liberar cualquier atadura en esa dirección».
La muestra, que ocupa parte de los alrededores de la galería transitoria, fue inagurada este 13 de agosto por el Editor general de la revista Opus Habana, Argel Calcines, quien expresó: «Pulido ha dotado a este hermoso patio habanero de un aire pompeyano», para luego hacer un recorrido panorámico sobre el tema de la representación erótica en la historia del arte occidental.
Vista panorámica de la sala transitoria del Palacio de | Escultura Trone Queen (Mármol Rojo). |
Junto a las esculturas, el artista exhibe dibujos que funcionan como bocetos de sus piezas que, al decir de Calcines, nos muestran el proceso de creación que, inspirado en formas femeninas, prosigue Pulido al esculpir el mármol, corriendo el riesgo de que un solo golpe fallido arruine la pieza.
El público coincidió en que la originalidad de la muestra radica precisamente en el carácter interactivo de las obras. «Casi siempre las exposiciones son de “se mira pero no se toca”. Aquí no sólo tocas sino que juegas con las piezas, conversas con ellas…», comentó sentado en uno de los bancos Erick Hernández, uno de los asistentes a la inauguración.
Los visitantes agradecieron la propuesta de Pulido al reconocer que —a pesar de ser catalogados muchas veces como temas tabúes— el erotismo y la sexualidad forman parte indisoluble del ser humano. También algunos catalogaron como errónea la casi total ausencia en el arte contemporáneo cubano de asuntos tan polémicos como éstos.
Visitantes interactando con la escultura Diversidad vs Sacrificio (Mármol). |
Durante el tiempo que se ha mantenido abierta la exposición, espectadores de todas las edades, entre sonrisas y miradas pícaras, han entrado en contacto con las piezas, observando, palpando, sintiendo... el poder de atracción de estas esculturas que, según expresa el artista en el escrito que preside la muestra, «interactúan con las personas jugando el verdadero papel de intimar con ellos a través de la fantasía, el amor, el erotismo táctil y visual».
Según el pintor y dibujante Jose Luis Fariñas, presente en la inauguración, «Pulido —el mago del conjuro— nos llama a obedecer la ruta, fugaz como toda eternidad verdadera; el sendero dejado por el desasosiego del alma atrapada en el laberinto de un singular erotismo que, en muchos casos, rebasa con maestría lo antropomorfo».
En un aparte, el propio Pulido comentó acerca de la inauguración de la muestra y el efecto que sus obras causaron en el público; de ahí surgió la siguiente conversación que reproducimos ahora a modo de entrevista.
¿Cómo se siente al ver que la muestra ha sido acogida favorablemente por el público que se encuentra hoy aquí?
Me siento muy satisfecho y no es arrogante decir que se corresponde con lo que yo esperaba de la muestra. No quiero reiterar las palabras que presiden la exposición, pero el eslabón fundamental del cual yo me valgo para realizar mis obras radica precisamente en el efecto que estas piezas producen en el público que interactúa con ellas; las personas, a través de la percepción visual y táctil, logran que el resto de los sentidos se activen. Si esto se dice así, fríamente, es un poco difícil de creer pues normalmente es imposible que una escultura pueda provocar sensaciones auditivas o de olfato. Lo que ocurre es que cuando el erotismo está presente se pueden activar los sentidos, produciendo una explosión que evoca experiencias anteriores; si no experiencias anteriores vividas por lo menos contadas o leídas que la persona, por ser conciente, activa, sucediendo eso que al principio no se cree, pero que cuando se experimenta se siente.
¿Considera importante para el ser humano —como individuo y como ser social— la presencia del erotismo en el arte y en la vida en general?
Por supuesto. La totalidad de mi obra tiene como respuesta precisamente eso, sólo que tiene distintas vertientes. Hace casi 10 años traté el tema de la prostitución y lo hice de forma muy atrevida, con esculturas con las que las personas podían interactuar. También regalé algunas obras a los visitantes que ganaban un juego que realicé; mi propósito era lograr la transformación humana, que la gente concientizara que existen determinados problemas pero ellos no pueden destruir la capacidad de soñar. Creo que toda mi obra: ésta, la anterior y seguramente la del futuro, tiene impregnado eso.
¿Entonces, es un objetivo permanente en su manera de hacer arte, en su obra, el tratamiento de temas polémicos con mensajes que quiere transmitir a través de la interacción entre el público y sus piezas?
Si, definitivamente sí.
Celia María González Rodríguez
Redacción Opus Habana