Amaury Palacios Puebla: el alma del retrato

Detalles: Escrito por Celia María González Rodriguez; Publicado: 06 Octubre 2011; Visto: 2932

Inspirado en el legado de los principales cultivadores del retrato en Cuba, llega Amaury Palacios Puebla al otrora convento de San Francisco de Asís para presentar su más reciente exposición «Maestro, por favor, no se mueva».

Hasta el 31 de octubre se expone la muestra «Maestro, por favor, no se mueva», de Amaury Palacios Puebla.

La magia ha invadido los espacios de San Francisco de Asís. Al eco de las notas musicales en las paredes de la Basílica Menor se suma ahora el alma y espíritu de importantes músicos cubanos, atrapados en los lienzos del pintor Amaury Palacios Puebla.
Este joven manzanillero ha logrado captar la esencia psicológica de sus modelos, reflejando la gestualidad de sus rostros, sus manos… en cada una de las pinturas.
Sin embargo, no es con hechizos que adquiere la maestría en estos retratos, sino gracias al estudio de los principales paradigmas del género, entre los cuales no puede dejar de mencionarse a Armando García Menocal. También le ayuda su destreza en el arte de pintar, que le ha valido ya varios reconocimientos, entre ellos el Premio XV Salón Provincial de Artes Plásticas y Diseño (1998), de la provincia Granma.
Con la experiencia acumulada durante más de una década trabajando el retrato, Amaury aspira a representar en esta muestra el dominio orquestal de Zenaida Romeu, la mística relación de Frank Fernández con el piano, la universalidad de la guitarrística de Leo Brouwer, la sapiencia de Harold Gramatges, así como la trascendencia musical de Ernesto Lecuona y Alejandro García Caturla.
¿Habrán posado estos íconos de la música cubana de los siglos XX y XXI para el pintor, o éste se valió de fotografías para reproducirlos? Es la duda que puede asaltarnos a los espectadores por la viva expresión de las figuras, que parece que también posan para nosotros.
Pero, aunque el enigma no sea nunca aclarado, al menos podremos seguir admirando los retratos, localizados en el Coro Alto del otrora Convento. Y si alguno de los modelos se inquieta y osa moverse, le pediremos como un buen pintor: «¡Maestro, por favor, no se mueva!»

Celia María González
Opus Habana