El Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, resaltó hoy el legado de su predecesor y maestro, Emilio Roig de Lechsenring, al hablar en la velada por el 119 aniversario de su nacimiento que, como es tradicional, se realizó en el entresuelo del Palacio de los Capitanes Generales, otrora Palacio Municipal y actual Museo de la Ciudad.

Nacido el 23 de agosto en la calle Acosta número 40, la infancia de Roig de Leuchsenring transcurrió en el seno de uno de los barrios populares de La Habana.

Continuador de la obra del primer Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler calificó el 23 de agosto de día muy importante ya que en igual fecha había nacido quien en 1938 fundara la Oficina del Historiador, hace ahora 70 años.

Felicidades a todos por haber venido aquí en esta fecha tan importante para la Oficina del Historiador de la Ciudad, ya que un día como hoy conmemoramos el natalicio de Emilio Roig de Leuchsenring, maestro nuestro, fundador de nuestra Oficina, expresó Eusebio Leal Spengler, en la velada de homenaje por el aniversario 119 del nacimiento de Roig, celebrado la tarde del viernes 22 de agosto, en el entresuelo del Museo de la Ciudad.
Amigos, familiares y antiguos compañeros de trabajo se dieron cita en el local donde se conserva el despacho del primer Historiador de la Ciudad de La Habana, y que fuera la segunda sede de la Oficina del Historiador que, creada en 1938, dirigiese desde sus inicios el propio Roig, quien había sido designado para ese cargo en 1935.
Escogimos entre dos fechas la de su nacimiento y no, la de su deceso, aseveró Leal.
Porque, dijo, preferimos venir aquí en lugar de acudir a su sepulcro junto al de su esposa, María Benítez, en el jardín Madre Teresa de Calcuta en San Francisco de Asís. Elegimos celebrar su nacimiento y la permanencia entre nosotros de su obra, una obra que sobrevive y que es necesario siempre renovar. Por eso hacemos esta vigilia, porque un 23 de agosto en 1889 en la calle Acosta número 40 nació Emilio Roig de Leuchsenring, explicó Leal Spengler a los asistentes.
Relató cómo por la influencia que ejerció en Emilito su tío Enrique, la familia ejerció presión para que su carrera fuese como la de aquel, la de abogado. «Pero no fue el derecho su opción, su opción fue la historia», agregó.
Según sus palabras, uno de los papeles protagónicos de Roig fue el de su magna preocupación por el conocimiento de la historia de Cuba y por demostrar que ella y la vanguardia de la intelectualidad cubana eran inseparables del sentimiento patrio y también de un sentimiento antimperialista. Exaltó cómo Emilio Roig resultó un defensor de La Habana y de Cuba.
«En este día en que Emilito cumpliría 119 años, podemos darnos cuenta de la importancia de perseverar en su obra, en su trabajo...», afirmó Leal.
Al finalizar sus palabras el Historiador de la Ciudad aseveró: «Renovamos hoy, y renuevo personalmente mis votos, de lealtad al maestro. No caminamos sobre su espalda sino sobre su obra. Su nombre ha sido honrado y todo lo que él amó ha sido servido. Pagamos en el día de hoy una deuda de necesaria gratitud».

Redacción Opus Habana

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