El III Festival Palabra en el Mundo tendrá su versión cubana en una serie de actividades promovidas por la Casa de la Poesía de la Oficina del Historiador. Entre ellas se encuentra una lectura de obras en las áreas del Jardín Botánico Nacional, adonde concurrirán más de una decena de poetas cubanos. Esta edición del festival está dedicada a rescatar la casa del reconocido intelectual español Vicente Aleixandre (1898-1984), por eso además se leerán textos de su autoría y se hablará de la vida y obra de este destacado bardo de la Generación del 27. Asimismo, se sembrará un árbol en su homenaje que abrirá las puertas a un futuro «Bosque de los poetas».

   La artista de la plástica cubana Zaida del Río inaugura en horas de la tarde de hoy  15 de mayo, en la Pinacoteca del Museo de la Ciudad, la exposición «El gran hipnotizador». La muestra agrupa un conjunto de 25 obras, entre pinturas y dibujos de gran formato sobre tela y papel, en los que la creadora mantiene sus tradicionales coordenadas figurativas y la innovación en torno a los atractivos cromáticos del Pavo Real, representado como el reflejo de la idea y no como mímesis de la realidad. Al decir de Zaida, la expo es un homenaje al centro histórico habanero y a las aves que  habitan sus patios coloniales.
Como parte de las celebraciones por el Día Internacional de los Museos se exhibe, en el Museo de Arte Colonial, un conjunto de vajillas que recrean de manera visual los más disímiles paisajes citadinos. Las piezas, pertenecientes a la colección de la propia institución y a la del Museo de la Ciudad, deslumbraron a los comensales de las familias cubanas del siglo XIX por sus exquisitas manufacturas, proveninetes de prestigiosas firmas europeas como Sargadelos, Pickman y Williams Adams. La tradición de representar paisajes urbanos en vajillas comenzó en Inglaterra y pronto se extendió por todo el orbe, hasta llegar a la villa caribeña.
    El Museo de Arte Colonial presentó, el 12 de mayo, una singular pieza de vestuario: una bata de hilo y satén confeccionada en Francia a finales de la etapa decimonónica. La sencilla prenda permitía a las señoras deshacerse de las armazones interiores de sus complicados vestidos tras retirarse a los espacios privados de sus casas coloniales y, así,  aliviar un tanto los sofocos estragos del intenso clima tropical.