En la Casa de la Poesía hoy viernes 10 de abril, se presenta el libro Respiro invariable (Editorial Extramuros, 2008) de la poetisa Odalys Interían Guerra. Premiada en varios certámenes líricos y narrativos, Odalys propone un viaje por su obra que, como afirma Racso Pérez Morejón, especialista de ese centro de promoción literaria, «con un lenguaje casi sísmico procura una mirada perdurable a lo profundo de la entelequia que en ella revela carne y signo, realidad onírica de condensada búsqueda hecha de astilla y memoria, sumando la posibilidad del viaje al regreso como razón para creer en ese ser que se transmuta entre el ir y el devenir».
 Junto a exposiciones colaterales a la Décima Bienal de La Habana, se mantienen otras como «Diálogo» del artista Jorge Luis Ballart en la galería de la Casa que lleva el nombre de la pintora venezolana Carmen Montilla Tinoco, fallecida el 21 de octubre de 2004. Apostando por la profundidad visual que exige el arte pictórico, en palabras de Oscar Llanes, Ballart «no le teme a ninguna tendencia y en sus intentos por mezclarlo todo, nos demuestra que se puede ser un artista contemporáneo  sin dejar de ser un pintor. De ahí que gotear, chorrear, manosear la tela, dibujar  y casi hacer retratos fotorrealistas de objetos dentro de las piezas; no nos sea contraproducente».
 La exposición «Viaje Equinoccial» del parisino Atelier Morales en la Casa Alejandro de Humboldt es otra propuesta colateral de la Décima Bienal de La Habana. Concebida en homenaje al célebre científico alemán que da nombre a la institución sede, y a su colega Aimée Bonpland, ofrece una lectura de los nexos contemporáneas entre los llamados países desarrollados y subdesarrollados, al tomar como pretexto las experiencias de Humboldt por las regiones equinocciales. Con una sugerente imbricación de fotografía, dibujo y grabado, Atelier Morales trae un álbum de 20 instantáneas sobre los mitos y los fetiches que caracterizan los flujos y reflujos del mundo de hoy.
 Dentro del universo de la Décima Bienal de La Habana, las exposiciones colaterales continúan conquistando espacios en el Centro Histórico. Una de ellas, «Domesticaciones», de la artista Marianela Orozco, que se exhibe en el piso superior de la Casa Simón Bolívar, propone una nueva lectura de los vínculos del individuo con su circunstancia; un entorno matizado por una aparente quietud que encubre limitaciones, absurdos, sistemas y relaciones de poder. Con un equilibrio entre diferentes técnicas y soportes artísticos, la propuesta de Orozco se introduce en las vericuetos del espíritu humano para ofrecer un discurso personal y novedoso.