Una placa conmemorativa a propósito del 132 aniversario de las primeras demostraciones públicas del uso del teléfono en Cuba, develaron este 2 de noviembre en la calle Amargura, entre Mercaderes y San Ignacio, autoridades de la Sociedad Cubana de Historia de la Ciencia y la Tecnología, la Fundación Telefónica, de España y la Oficina del Historiador. Según la prensa de la época, el 31 de octubre de 1877 se realizó, en La Habana, la primera llamada telefónica en lengua española de que se tenga noticias. Para celebrar la efeméride también sesionó el simposio Historia de las Comunicaciones en España y Cuba, en la Casa Alejandro de Humboldt.
 El Proyecto Estate Belkis Ayón convocó este 3 de noviembre a los amantes del grabado contemporáneo cubano a la exposición personal de Orlando Montalván «A la altura de estos tiempos», en el marco de la muestra antológica de la artista que acoge el Salón Blanco de San Francisco de Asís. Montalván (La Habana, 1978) es graduado de la Academia Nacional de Bellas Artes de San Alejandro y se desempeña como especialista del Taller Experimental de Gráfica de La Habana. Mereció el 3er Premio del VII Encuentro Nacional de Grabado, en 2007, y Mención en la X edición del Premio La Joven Estampa, 2009, en Casa de las Américas.
 Otra de las propuestas culturales de la Casa de México en su aniversario es la exposición colectiva «Art-Mortem. La muerte en el arte contemporáneo cubano», inaugurada el 2 de noviembre. Con la curaduría de las especialistas Daineris Peña y Kirenia Rodríguez, la muestra presenta obras de 19 artistas cubanos que van desde la escultura, el dibujo, la pintura, la fotografía y la intervención visual con el inframundo como denominador común de su creatividad.
 Como ya es tradicional, la Casa de México celebró este 2 de noviembre el Día de Muertos, dedicado especialmente al 50 aniversario del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y al 21 de la Casa. Por eso el pintoresco altar estuvo consagrado a dos directores imprescindibles del cine latinoamericano de todos los tiempos: el mexicano Roberto Gavaldón (1909-1986) y el cubano Tomás Gutiérrez Alea, Titón, (1928-1996). Las fotos de ambos cineastas, sus comidas predilectas, así como imágenes de sus principales películas, Macario (1959) y La muerte de un burócrata (1966), matizaron el retablo.