Este artículo forma parte de los centenares de trabajos periodísticos mediante los que Emilio Roig dejó –al publicarlos en diversos diarios y revistas– la constancia de su preferencia por el género costumbrista.

 Desde hace cuatro siglos, el Castillo de los Tres Reyes del Morro se yergue a la entrada de la bahía como bastión y faro. Su solidez y prestancia impiden olvidar al hombre que proyectó en La Habana una de las fortalezas más formidables de América.
 Realzada con efectos de luz y sonido, una monumental maqueta reproduce fielmente el Centro Histórico y la obra de restauración que aquí se desarrolla.
 Obras de Mario García Portela, en las que trasluce un punto de vista muy personal sobre la cosa a representar, se exhibieron hace ya algún tiempo en el Centro Histórico, en la galería de la Casa Carmen Montilla.