En breves líneas el articulista reseña tipos y costumbres de principios de siglo, y hasta se permite exclamar: ¡Cómo han variado las costumbres criollas!

 Ante la necesidad de «registrar hoy la desaparición de tipos, cosas y costumbres que existieron entre nosotros durante los últimos años coloniales y primeros republicanos», el articulista se refiere a los tan usados sombreros de copa o bombas y a las levitas cruzadas.
 Sobre las bolas, y sobre cómo «el criollo vivo, de rápida comprensión para darse cuenta de la verdad sobre hombres y cosas, choteador, no sólo utiliza la bola en forma de hecho inventado o propagado, sino también en otras interesantísimas y a veces geniales modalidades».
 Sobre el picapleitos, «intrigante y enredador, hombre sin pudores ni conciencia, cuya única habilidad e inteligencia consisten en saberle buscar “las cosquillas a la ley”, capaz de pleitear con el mismo Satanás, y de embargarle, “en pago de costas y honorarios”, los cuernos a la Luna».