En esta ocasión, el articulista afirma: «Ya el médico no necesita, como antaño, para ser buen médico, correr quitrín, usar levita larga y sombrero de copa, adoptar el aire de solemnidad y gravedad, misterioso y reservado».

Muchas deficiencias tenía la ciudad de hace siglos: además de la irregularidad del trazado de sus calles, que todavía se observa, presentaba una numeración sin orden ni concierto y la rotulación incompleta.

Con la presencia del emblemático realizador Juan Padrón quedó abierta una exposición de maquetas y modelos utilizados en la producción cinematográfica cubana, y que durante tres meses se sumará a la muestra permanente del Museo Castillo de La Real Fuerza.

En este artículo, el columnista destaca cuán «urgida esta nuestra patria, ahora más que nunca, de que el libro, llegando a todas las manos, pelee brava e incansablemente, contra la aguda incultura interna que padecemos y la barbarie anticultural totalitaria que amenaza a Cuba, a América y al mundo».