En el más reciente número de la revista Opus Habana quedó abierta una nueva sección: «Pintura sacra habanera». El artículo con que ésta se inicia está dedicado a reflejar la obra del pintor español Antonio Martínez Andrés en importantes exponentes del patrimonio religioso habanero, tales como la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en Centro Habana; la parroquia del Carmelo y el Convento San Juan de Letrán, en el Vedado; la iglesia de San Francisco, en La Habana Vieja, y el hogar de ancianos de Santovenia, en el Cerro.

Considerado uno de los exponentes esenciales del tránsito de la mejor gráfica republicana a la del período revolucionario, Eladio Rivadulla Martínez (La Habana, 1923) falleció el lunes 28 de marzo. Premio Nacional de Diseño (2009) y Premio como Iniciador y Maestro del cartel cinematográfico cubano (2008), Rivadulla cultivó los diferentes géneros del diseño, el periodismo y la pintura durante su fecunda vida. De 1943 a 1967, creó alrededor de tres mil 500 diseños de carteles culturales y de películas producidas en América Latina, Europa, Japón y China, para 65 distribuidoras de filmes radicadas en La Habana y para el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.

Más allá de la cualidad fotogénica del paisaje cubano, este joven artista se propone transmitir en sus cuadros un sentimiento ecologista que nació precisamente gracias a sus experiencias como fotógrafo.

En esta ocasión, el articulista nos cuenta: «Hasta ahora los solterones profesionales, empedernidos o recalcitrantes no habían glorificado su antimatrimonismo con la palma del martirio. Su solteronía no pasaba de ser una doctrina o sistema de vida que no gozaba en realidad de numerosos prosélitos, y era en cambio objeto de la censura de muchos hombres y de todas las mujeres».