Douglas Pérez muestra la presencia de animales como conceptos morales, retomando la conciencia de fábulas antiguas, pero jugando también con su opuesto en un ritual subversivo que incluye la crueldad, el absurdo y un sentido muy existencialista que se preocupa por problemas de la identidad y la alienación.
 Revisión general de las costumbres públicas entre 1933 y 1938, «comparándolas con las de tiempos anteriores, a fin de descubrir si éstas han mejorado o empeorado, o si nos encontramos en igual situación».
 Publicado en 2001 por Ediciones Boloña (Oficina del Historiador de la Ciudad), el libro La Habana. Puerto y ciudad, Historia y leyenda. Una bibliografía en el tiempo (Siglos XVI-XX), recoge, en 242 entradas bibliográficas, testimonios de viajeros, visitantes y residentes, que dejaron su visión de la ciudad en los más disímiles aspectos: arquitectura, urbanización, costumbres, comercios, tipos populares, etc., en un lapso que va del siglo XVI hasta 1959.

 En este artículo el cronista trata de «explicar la razón de la sinrazón de la mala voluntad» que le profesan a los bodegueros los vecinos de la barriada en que tiene instalado su establecimiento.