Aborda este pintor la imaginería urbana de La Habana Vieja —y, en especial, de su Centro Histórico— con una metáfora dual: isla-acrópolis de la utopía, o estatua masculina que sirve de columna, atlante, telamón.

    Sobre el pater familia «un buen señor, que trabaja como un burro, de la mañana a la noche, ya en un empleo oficinesco, ya como abogado, como médico, ya como comerciante o industrial», y el homenaje que una vez al año deben rendirle sus hijos a éstos que «ya ni siquiera son considerados padres, sino papis».

 Con singular estilo el cronista aborda «otro trascendente problema que interesa, preocupa, perturba y divide a hombres y mujeres de todos los países civilizados del orbe: el de la indumentaria».

 Veinte instantáneas que captan la relación de la naturaleza con la arquitectura integraron la exposición fotográfica «Paisaje utópico», de Juan Carlos Romero (La Habana, 1964), exhibida en junio de 2007 en la sala transitoria del Museo de Arte Colonial.