«¿Existe periódico moderno sin erratas?», así abre el cronista este artículo de reflexión y ejemplos varios sobre situaciones que generaban disgustos, risas, asombro... según fuera el caso. Su atención e interés informa de las labores editoriales de periódicos, en los que a veces, los posibles errores parecen puestos por «algún espíritu burlón, deseoso de tomarle el pelo al autor del artículo o del suelto, a los lectores».
 Serigrafías de importantes artistas cubanos fueron expuestas hace unos años en la exposición «Una huella en el tiempo», a propósito del aniversario 18 del Taller de Serigrafía René Portocarrero. La muestra evidenció además la profesionalidad de los impresores de allí, quienes no se detienen ante los posibles obstáculos a la hora de llevar el arte de aquellos «a otro soporte que, por lo común, es la cartulina».

 Comentar sobre posturas sociales de ciertos caballeros de la Cuba pretérita, compulsaron a este cronista para hermanarse con el retrato de una de sus variantes (el pepillito), logrado por el director de la La Semana, «la más popular de las revistas satíricas cubanas». Roig quiso señalar con palabras también al «primo del pepillito y hermano del guataca, con algo de aquel y mucho de éste».

 La publicación de un volumen como Escultura en Cuba siglo XX constituye un aporte sustancial a nuestro arte escultórico. Un libro así viene a llenar un gran vacío informativo, posible gracias a la laboriosidad de su autor, el investigador José Veigas, y a la participación de la Fundación Caguayo y la Editorial Oriente en la fase de hacerlo realidad. Desde el 2005 circula «este vital empeño historiográfico».