Referencia a uno de los paliativos con que se ha querido buscar solución o remedio a los males matrimoniales.
 Este inmueble debe esencialmente su atractivo a un detalle en su fachada que ha perdurado como señal de una antigua tradición: el recorrido del Vía Crucis que se iniciaba en la Orden Tercera de San Francisco de Asís y, tras doblar en la calle de los Oficios, se remontaba por la calle de Amargura hasta la plazuela del Cristo del Buen Viaje.
 Sobre los pobres solterones, a quienes se juzga «como individuo nocivo a la sociedad, y al que ésta relega al último puesto, y aún así mirándolo con repugnancia y temor, y siempre sobre aviso, cual presunto criminal».
 Dedicado a la memoria de la princesa Diana de Gales, este parque es un lugar íntimo, propicio para la meditación y el descanso, y de igual manera, «un ámbito privilegiado para el arte».