Con estas líneas el cronista nos acerca a las personas cuya locura «no se manifiesta, como en los locos oficiales, por síntomas diversos, sino por un síntoma típico para todos ellos: el delirio de grandeza».

 Pocos como Pepe Rafart han destacado con tanta imaginación y belleza algunos ejemplares de nuestra criolla zoología, reinterpretándola desde la orfebrería y la escultura hacia el complejo e infinito firmamento de la abstracción.
 La preocupación por la falta de unión en la familia lleva al articulista a reflexionar sobre la evolución de determinadas costumbres sociales, causantes de que «el hogar de hoy sea diferente al de hace tres cuartos de siglo».
 Desde septiembre de 2000, la imagen en bronce de Salvador Allende se halla en la habanera Avenida de los Presidentes, gracias a la contribución de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.