Jolgorio, disfraz, alegría... y mucho más entraña el carnaval, pero para algunos no es tan así. En estas líneas, el cronista nos acerca a una de las víctimas de esa festividad colectiva, se trata de «la víctima eterna: el marido», que en este caso, recuerda a uno en particular: Jacobito, así le llama.

 De las múltiples situaciones que tienen lugar en un velorio, el cronista rememora además los orígenes, arraigo... en suelo cubano de esta costumbre, demasiado incorporada a nuestros modos de vida.

 Doctorado en leyes hacia 1662 en la Universidad de Salamanca, donde dio a la imprenta sus disertaciones, este jurisconsulto puede considerarse –de facto– el primer cubano en publicar un libro en cualquier lengua.

 Trátese de los novios, los inoportunos y hasta de aquellos equivocados... todos hacen uso del teléfono: «invento de tanta importancia y trascendencia en la vida moderna». De las situaciones que se derivan del diálogo por medio de éste, el cronista recrea situaciones que, para nuestros días, aún mantienen actualidad.