El humor y la voluntad lúdrica caracterizan la obra de este artista cubano, quien con inigualable maestría es capaz de iluminar lo mismo el barro, que la madera, el lienzo, la piedra, el vidrio...

 En este artículo el autor cuenta «un raro y extravagante sueño» suyo en el que la crítica a los políticos y gobernantes de turno es el tema principal.

 Aunque atrayentes por ser objetos para el esparcimiento, las barajas devienen –además– elementos culturales activos capaces de reflejar la historia, costumbres, geografía... tal como evidencia la exhibición del Museo de Naipes sito en una de las esquinas de la Plaza Vieja.

 Con implícito tono satírico el articulista propone los diálogos que escucha mientras descansa junto al mar.