Entre ingenuo y sarcástico, el articulista pretende averiguar ciertas interioridades conyugales por lo que comienza por referirse al primer matrimonio de la humanidad, el de Adán y Eva.

 La fantasía de esta pintora cubana explaya los límites de su personalidad y la convierte en un ser imprevisible, ajeno a la lógica de los cuestionarios.

 Acerca de los artificios que se emplean en la correspondencia secreta – ocasiones el único medio de comunicación entre los amantes–, y sobre los tenorios que se valen de este procedimiento para conseguir pareja, refiere el cronista en este artículo de costumbres.

 Desde la muerte de su progenitor, siendo apenas una adolescente, Gertrudis Gómez de Avellaneda (TULA) se propuso viajar a la tierra de sus ancestros paternos. A Sevilla llegó por primera vez cuando tenía 24 años, y allí quiso que reposaran sus restos, junto a los de su último esposo, en el cementerio de San Fernando.