En la villa de San Cristóbal de La Habana terminó sus días este canadiense de estirpe legendaria: famoso héroe de la nueva Francia, capitán invicto de la armada del rey Luis XIV.
 Exponente de las confluencias culturales dadas en La Habana, este pequeño perro es parte del patrimonio cultural cubano, como la única raza canina autóctona que se conserva.

 De San Antonio nos hablan estas líneas, santo privilegiado que en la corte celestial tiene por lo menos dos millones de veces más partidos entre las mujeres y, principalmente, entre las muchachas.

 Sobreilustrando las páginas de antiguos libros científicos, así como con sus pinturas e instalaciones, este joven artista ha creado un mundo inefable donde todo es posible: desde la obtención del homúnculo hasta el diseño del perpetuum mobile.