La pluma de Roig en este artículo costumbrista se nos muestra compasiva con aquellas mujeres solteras, al darles aliento y consejo para mejorar su situación emocional. Y, claro está, sin dejar a un lado la pizca de humor...

 En estas líneas, el cronista retrata a un tipo de persona que colmaba los lugares públicos de antaño. Descriptivo y mordaz se presenta Roig en aras de brindar una geografía casi exacta del entonces llamado tenorio oficinista.

 Los individuos pesados están «en todas las carreras, profesiones y oficios. Vician y enrarecen la atmósfera que respiramos», refiere Roig en esta crónica, publicada por las revistas habaneras Social y Carteles.

 En esta estampa Roig hace referencia a las características de aquellas personas que por no poseer título alguno –profesional, pontificio o arisocrático– eran denominados por los cronistas sociales con fórmulas tan impersonales como el conocido joven.