Los amoríos entre un hombre y una mujer motivaron al articulista comentar un hecho como el de la unión de parejas en los tiempos de antes. De esta manera quedaban saldadas las inquietudes implícitas en el título de estas líneas, publicadas por Carteles y el Diario de la Marina en 1925.

 En este artículo Roig describe a la adolescente de inteligencia clara, viva y despierta que, sin tener la mayoría de edad ni haber sido presentada en sociedad, asiste a fiestas y le gusta que los hombres la traten como mujer.

 «Es un axioma expuesto por Schopenhauer, que todas las mujeres son simuladoras», afirma Roig en este polémico artículo de costumbres.

 En algunos de sus artículos, Roig reproduce tal cual es el habla del personaje que describe. Esta intención predomina en trabajos como éste en el cual se propone no ya criticar mordazmente, sino hasta ridiculizar a los políticos y gobernantes de turno.