Dentro del universo bibliográfico del doctor Fernando Ortiz, el trabajo periodístico ocupa un lugar preponderante y me atrevería a afirmar que posee criterios de valor similares a los que ostentan las grandes obras que le valieron el título de «Tercer descubridor de Cuba».
 En esta ocasión el articulista afirma «no se ha formado, ni posiblemente se formará en largos años, una estadística del trabajo en Cuba. Pero si hoy se acometiera ese empeño, le descubriría que es muy reducido el número de personas de uno y otro sexo que efectivamente trabajan entre nosotros, y no por forzoso desempleo sino por vagancia habitual».
 La restauración es una actividad científica que consiste en hacer coincidir de manera oportuna conocimientos alcanzados en otras ciencias, constituyendo, a su vez, un campo de estudio y aplicación para esas otras ciencias. Requiere, sí, una especial sensibilidad, pero en el orden en que cualquier otra profesión la requiere: la geología, la botánica, la física, el arte. La restauración es, a mi juicio, una ciencia de ciencias aplicadas.

 En esta ocasión el articulista afirma: «uno de los más pavorosos cuadros que ofrece la vida cubana de los días presentes es la vagancia».