Una vez más el articulista dedicó su trabajo al juego, que define como «uno de los vicios capitales del cubano de todos los tiempos».
 Durante todo el año 2007, la compañía ballet español de Cuba —que dirige el maestro Eduardo Veitía— celebró su XX aniversario de creada. El colofón de esas jornadas tuvo como sede la plaza de la catedral.
 Sobre los empleados públicos que, al decir del cronista «son unos sabrosones que se pasan la mañana o la tarde haciendo que trabajan delante de la mesa o la maquinita de escribir, pero en realidad, conversando unos con otros o dando paseítos a los demás departamentos de la oficina o al café cercano; y todo eso, cuando asisten al trabajo y no disfrutan de licencias efectivas o botelleriles».
 En su cotidiano deambular por los entresijos del Centro Histórico, ya sea elogiando o desbarrando, Carlos Planas adquiere esa condición singular que convierte a una persona en personaje.