En esta segunda entrega el articulista nos comenta «Con el correr del tiempo las misas de aguinaldo y el anuncio estrepitoso que de ellas se hacía en Remedios -según di a conocer en el artículo anterior- fueron perdiendo prestigio y calor popular hasta desaparecer casi por completo, concentrados todos los esfuerzos en el realce de la gran fiesta de Nochebuena, con sus magníficas parrandas trabajos de plaza, carrozas, voladores y palenques, fuegos artificiales, entradas y bailes de las farolas».

 En esta primera entrega de tres el articulista nos cuenta «visité de nuevo este año pasado, en NocheBuena, la colonial y legendaria, bien amada de sus hijos y acogedora ciudad de San Juan de los Remedios y presencié sus típicas y famosas parrandas».
 «Con cualquier pretexto se formaba una timba o un bailecito, o una timba con baile, o un baile con timba, y para bailar y jugar se escogían lo mismo 195 fechas religiosas que los acontecimientos familiares, locales o insulares; un santo, que un bautizo, una boda, que un velorio» nos comenta en esta ocasión el articulista, quien además hace alusión a la capacidad del cubano para divertirse en todo momento.

 Acerca de la pasión por el baile, «nota sobresaliente del carácter y costumbres cubanos de todos los tiempos y de todas nuestras clases sociales», comenta en esta ocasión el articulista quien, además, cita las reflexiones que sobre el tema hicieran algunos escritores y hasta un viajero de paso por La Habana.