Terminado ya con nuestro artículo de la semana ú1tima el enjuiciamiento del relajo en la época colonial cubana, lógicamente nos tocaba ahora abordar su estudio en estos tiempos republicanos. Pero tenemos que abrir un paréntesis entre esas dos etapas: la participación de los Estados Unidos en la contienda cubanoespañola y la ocupación militar norteamericana con su secuela de la Enmienda Platt.

 Desde el número 1 hasta el reciente 36 —en forma consecutiva— de Opus Habana, Escandón ha sido el impresor de la revista institucional de la Oficina del Historiador así como de libros y otras publicaciones de Cuba, cuya calidad le ha valido para ganarse un prestigio que, al decir del Historiador de la Ciudad Eusebio Leal Spengler, es encomiable por tratarse «de una labor que está en perpetuo duelo entre las urgencias comerciales y la bella inspiración».

 El articulista en esta nueva entrega afirma que « El contumaz relajo -abusos, injusticias, privilegios, explotaciones, abandono de la educación y la cultura, postergación de los hijos del país- que caracterizó el despótico desgobierno de España en Cuba, tuvo que producir fatalmente el descontento, la protesta y la rebeldía de los criollos blancos y también de los negros esclavos y libertos y hasta de algunos españoles liberales y progresistas identificados con la tierra en que vivían y trabajaban».
 En 1934, Cuba comienza la emisión de billetes a nombre de la República por carecer de un banco emisor. Respaldados por discos de plata de un peso, esos billetes se emitieron hasta 1949, los cuales pueden ser apreciados en la sala de circulante monetario perteneciente a la colección del Museo Numismático del Centro Histórico.