La calle Obispo tuvo su origen en el siglo XVI en una fecha próxima a la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana, o sea, alrededor del año 1519.
 Hasta el mes de mayo estará abierta en la Sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC la exposición «Lázaro Enríquez o la coreografía de la letra» del fallecido dibujante e ilustrador cubano. Organizada con la colaboración de varias instituciones y personalidades, la muestra es un merecido homenaje de «la ciudad que lo vio nacer y hacer una obra de real valía para nuestra cultura visual y la del pueblo hermano de Galicia», según expresa el escritor y crítico de arte Jorge R. Bermúdez en las palabras al catálogo.
 En esta nueva entrega, el historiador cubano busca «satisfacer ahora la natural curiosidad que a los lectores de ese trabajo habrán despertado todas las citadas anormalidades que se descubrieron al exhumar los restos de Colón en 1898, fundamentando las afirmaciones finales» hechas en el trabajo que publicamos anteriormente.
 Testimonio de la hermandad entre las patrias de Juárez y Martí es el libro La Casa de México en La Habana presentado el viernes 17 de abril de 2009 en esa institución. En una cuidada edición, conmemorativa por los 20 años de fundada esta Casa-Museo, el volumen recorre los años de trabajo y de fortalecimiento de los vínculos históricos y culturales entre dos pueblos que son, como escribe Eusebio Leal Spengler, «hijos de la esperanza y de la promesa, de una civilización que en un momento de especial lucidez fue bautizada por José Vasconcelos como “raza cósmica”».