Testimonio de la hermandad entre las patrias de Juárez y Martí es el libro La Casa de México en La Habana presentado el viernes 17 de abril de 2009 en esa institución. En una cuidada edición, conmemorativa por los 20 años de fundada esta Casa-Museo, el volumen recorre los años de trabajo y de fortalecimiento de los vínculos históricos y culturales entre dos pueblos que son, como escribe Eusebio Leal Spengler, «hijos de la esperanza y de la promesa, de una civilización que en un momento de especial lucidez fue bautizada por José Vasconcelos como “raza cósmica”».
 En esta oportunidad, el articulista ofrece «los detalles, interesantes todos, y muchos de ellos pintorescos, de la exhumación el día 26 de septiembre de 1898, de los supuestos restos de Cristóbal Colón del nicho en que se encontraban en la Iglesia Catedral» que para su consulta «aparecen recogidos en documentos fehacientes de personas que intervinieron en la referida exhumación».
 Organizado por el proyecto Universo Audiovisual del Niño Latinoamericano (Red UNIAL) del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y el auspicio de la Oficina del Historiador de la Ciudad, sesionó el Taller Internacional «La niñez y la imagen», en la Vitrina de Valonia. Dirigido a docentes, comunicadores y otros especialistas, este encuentro se propone estimular el pensamiento crítico sobre los contextos de comunicación a los que se enfrenta la niñez; así como desarrollar estrategias hacia la gestión de procesos culturales para lograr una formación humana totalizadora.
 En esta segunda parte de sus acotaciones, el articulista profundiza cómo Colón «pobre y abandonado exhaló su último suspiro» y cómo «ordenaba también que sus restos fueran sepultados en la capital de su isla preferida de Santo Domingo, y que se le colocara en la caja funeraria vestido de hábito de la Orden Tercera de San Francisco, y junto a su cuerpo se guardase el único trofeo que conservaba de todas sus gloriosas conquistas: los grillos que el infame Bobadilla le puso».