Con mucha elegancia en el decir y buen olfato en el mirar, el cronista nos traslada al entorno de la zona de Varadero, cercana al mar, adonde iban los bañistas para deleitarse con las aguas y el paisaje marino. Mar, arquitectura y personas se pasean por estas descriptivas líneas. De cada uno nos habla, alude a sus particulares encantos.
 El Centro Histórico, demasiado abocado a los valores culturales del pasado y de nuestro presente, con regularidad pone a la consideración del público exposiciones disímiles. Un ejemplo de ello fue aquella con un grupo de paisajes influenciados por el «cielo inmenso, las palmas verdes, el silencio, el azul del océano y del río...»
 Cronista extraordinario en sus días, pudo legar para su tiempo y el presente interesantes asuntos cotidianos. Sin embargo, con estas líneas, Roig de Leuchsenring estrenaría nuevas emociones y en un plano perceptivo diferente: desde los aires, montado en un aeroplano, como se le diría entonces. En este artículo nos ofrece sus impresiones de aquel viaje aéreo efectuado en una tarde habanera.
 A través de piezas escultóricas el escultor Alejandro Sautié Viera evoca el virtuosismo de intérpretes de la danza.