El cronista retoma en su artículo un modo de comportamiento social de cierto individuo que «procura inconscientemente – inconsciencia en él es esencial– disfrazarse, uniformarse, distinguirse de los demás por detalles en la indumentaria, en los modales». Se le homologa a los caracterizados en otros escritos como «buen partido», «sporstman» o «chiquito de sociedad».
 Para entretener a los lectores el articulista reproduce algunos anuncios «curiosos, ridículos o raros», que comerciantes e industriales empleaban para darle propaganda a sus productos.
 Comentario sobre cómo los padres de familia tratan de hacer pagar a los solterones un impuesto que «la sociedad necesita y debía haberse implantado desde hace tiempo».
 Sobre el padre de familia a quien se considera «como el fundamento, base, eje, principio y fin de la sociedad, sin el cual no existiría la familia y sin la familia los pueblos, y sin los pueblos la Humanidad».